Indicaciones
Fiebre intensa que no responde a otros tratamientos, Dolores crónicos y agudos, cefaleas, odontalgias. Dolores de origen espasmódico crónicos y agudos severos (postraumáticos o postoperatorios) como: cólicos gastrointestinales, biliares, en el aparato urinario inferior y en los riñones.
Acción terapéutica
Dipirona también conocida como Metamizol es un derivado no narcótico de la pirazolona. Tiene efectos analgésicos, antipiréticos y espasmolíticos.
El mecanismo de acción no se ha determinado aun completamente. La dipirona y su principal metabolito (4-N-metilaminoantipirina) podrían tener un mecanismo de acción combinado (central y periférico).
Posología
La dosificación y la ruta de administración dependen del efecto analgésico buscado y de la condición del paciente. En muchos casos, la administración oral es suficiente para lograr una analgesia satisfactoria.
Cuando se selecciona la vía de administración, se debe tener en cuenta que la administración parenteral está asociada con riesgo más alto de reacciones anafilácticas/anafilactoides.
a) Para administración oral, las dosis individuales para adultos están entre 8 a 16 mg/kg de peso corporal, y para administración parenteral de 6 a 16 mg/kg de peso corporal.
Para el tratamiento de la fiebre en niños, habitualmente es suficiente la dosis de 10 mg/kg de peso corporal.
b) Es esperable que los efectos analgésico y antipirético se presenten entre los 30 y 60 minutos posteriores a la administración para todas las formas farmacéuticas. Generalmente persisten durante aproximadamente 4 horas.
Contraindicaciones
Dipirona no debe usarse en pacientes con: alergia a dipirona o a otras pirazolonas (por ejemplo, fenazona, propifenazona) o a pirazolidinas (por ejemplo, fenilbutazona, oxifenazona); esto incluye, por ejemplo, agranulocitosis sufrida previamente debida a estas sustancias. Función deteriorada de la médula ósea (por ej., después de tratamiento citostático) o enfermedades del sistema hematopoyético.
Pacientes en los que se conoce el desarrollo de broncoespasmo u otras reacciones anafilactoides (por ejemplo. urticaria, rinitis, angioedema) mediante el uso de analgésicos como salicilatos, paracetamol, diclofenac, ibuprofeno, indometacina y naproxeno. Alergia a alguno de los excipientes. Porfiria hepática intermitente aguda (riesgo de inducción de ataques de porfiria). Deficiencia congénita de glucosa-6-fosfatodeshidrogenasa (riesgo de hemolisis). Infantes menores de 3 meses de edad o de menos de 5 kg de peso corporal. No administrar en pacientes con hemodinámica inestable.
Precauciones
Antes de administrar Dipidol el paciente debe ser interrogado específicamente. En los pacientes que se encuentren en riesgo especial de sufrir reacciones anafilactoides, usar Dipidol solo después de sopesar cuidadosamente los posibles riesgos contra los beneficios esperados.
Embarazo: La Dipirona atraviesa la placenta, sin embargo los datos sobre el uso de dipirona durante el embarazo son insuficientes, por lo tanto se recomienda no usar Dipidol durante los primeros tres meses de embarazo y en los siguientes tres meses puede ser usada solo después de una evaluación médica de los potenciales beneficios y riesgos.
Efectos secundarios
La dipirona puede causar shock anafiláctico, reacciones anafilácticas/anafilactoides, que pueden ser graves y conllevar riesgo de vida, a veces fatal. Pueden ocurrir aún después de que Dipidol haya sido ya usada en muchas ocasiones sin complicaciones.
Después de una sobredosis aguda puede presentarse reacciones tales como náuseas, vómitos, dolor abdominal, deterioro de la función renal, falla renal aguda (por ej., debido a nefritis intersticial) y, más raramente, síntomas centrales nerviosos (mareos, somnolencia, coma, convulsiones) y caída de la presión sanguínea (llegando. a veces hasta el shock) así como también arritmias cardíacas (taquicardia). Después de dosis muy altas, la excreción de un metabolito Inactivo (ácido rubazónico) puede causar coloración roja en la orina.
Interacciones
Dipirona podría causar reducción del nivel sérico de ciclosporina. Por lo tanto, la concentración de ciclosporina debe controlarse cuando se administra concomitantemente con dipirona.
El agregado de dipirona al metotrexato puede aumentar la hematotoxicidad del metotrexato, especialmente en pacientes de edad avanzada. Por lo tanto, esta combinación debe ser evitada.
Junto con el alcohol, pueden potenciarse los efectos tanto de éste, como del fármaco.